Nu se pretează? Nu contează! La noi puteți returna bunurile în 30 de zile
Cu un voucher cadou nu veți da greș. În schimbul voucherului, destinatarul își poate alege orice din oferta noastră.
30 de zile pentru retur bunuri
Era un lunático, con la niñez tierna, reflexiva, de miradas fijas a la luz, del niño lunático, con la adolescencia apasionada en que el lunático crea los tipos de mujer más bellos, y después, cuando ya se acerca la madurez en que el lunático se precipita en el lunatismo de luces enloquecidas y de señales luminosas entrecruzadas, es el viajero, el que dirige unas excavaciones en el Egipto y, por fin, el que, al volver de nuevo a la metrópoli, ve tan oscura la vida, tan inútil, tan lejana a la luna, que busca la luna saltando en el trampolín del suicidio.rata además de mostrar cómo una cierta dosis de ceguera participa en cada una de las fases de la experiencia estética: la poiesis (creación), aiesthesis (recep ción) y katharsis (reacción).El recorrido del texto por la galer¡a de monocromos atraviesa cuatro colores y cuatro cineastas: Jean Luc Godard, el artista ciego: la pantalla blanca del instante de la creación; Marguerite Duras, la obra monocroma: la ceguera negra por ausencia/deseo; Harun Farocki, el espectador ciego: la pantalla roja que comienza la revolución y Derek Jarman: la ceguera total, el virus azul como interrupción.Cine ciego es un libro pero a la vez contiene una o varias pel¡culas que, como todas las demás, se proyectará sobre todo detrás de nuestros ojos cerrados.mo el que reconforta, anima y transforma. Los dos nos encaminan hacia algo más grande y más bello. Y qué placer viajar con dÆOrs por esta poes¡a de engañosa ligereza, llena de calidez y de humor, que no pasará de moda ni perderá significado. Ana Eire