El cielo en tus manos

No podían esconder sus sentimientos, estaban desnudas, la una frente a la otra, sin prisas, sin miedo a que alguien pudiera interrumpir aquel maravilloso momento. Los movimientos eran cada vez más intensos, no cabía un hilo entre sus cuerpos perfectamente encajados como piezas de un puzzle; vientre con vientre, manos unidas, pecho con pecho, piernas entrelazadas, boca con boca. Carlota apretaba fuertemente el cuerpo de Andrea contra el suyo, la cogía del pelo a la vez que gemía de placer. Volvió a descender, y llegó a la parte interna de los muslos. No se reconocía, jamás había deseado tanto como ahora deseaba, era imposible frenar sus movimientos. Las manos vagaban de un lado para otro sin saber adónde ir, querían estar en todas partes. Una historia de amor entre dos jóvenes mujeres que experimentan una extrańa y desconocida sensación que les oprime el pecho. Entre dudas propias y ajenas, luchan en la oscuridad por defender un sentimiento que nadie entiende, intentando encajar el terrible enfrentamiento con la familia, con la sociedad y con ellas mismas, sin saber distinguir siquiera si son pareja o las protagonistas de una obra de teatro sobre la que todos depositan sus críticas. Una historia que no deja indiferente, un sentimiento universal que todo el mundo teme y todos anhelan. Una lucha que deja sin aliento pero que las protagonistas no pretenden abandonar hasta reconocerse a ellas mismas, lejos de los demás.